Los crímenes de la calle Morgue, aparte del primer relato policíaco, es asimismo el primer misterio de "habitación cerrada", en el que se reta al lector a explicar un enigma aparentemente insoluble y planteado en un ámbito muy concreto y delimitado. Los temas del cuento son dos esencialmente, la brutalidad ciega y su oponente dialéctico, el raciocinio, o, en un nivel metafórico, las tinieblas y la luz; y, como en todo relato detectivesco que se precie, ésta al final saldrá triunfante.
Al igual que en otras ocasiones, para su composición el autor se inspiró libremente en un caso real, así como, se ha apuntado, en el personaje del inspector de policía parisino Vidocq. Este celebérrimo agente, pues, estaría detrás del inefable protagonista de Los asesinatos..., el detective Monsieur Auguste Dupin (personaje que a su vez, nadie lo pone en duda, constituye el principal modelo para el Sherlock Holmes de Arthur Conan Doyle).
El relato, que se cuenta entre los más largos que escribió Poe, es el primero de una serie que completarán en los años siguientes El misterio de Marie Rogêt y La carta robada. Los tres citados, junto con El escarabajo de oro (cuento también de raciocinio, pero de estilo más bien aventurero), evidencian una tendencia muy acusada en su autor, como es la investigación lógica y analítica.